Norberto Chavez reseñó Alex de Pierre Lemaitre
Review of 'Alex' on 'Goodreads'
5 estrellas
La novela policíaca es denostada por los grandes de la literatura, Mario Vargas Llosa es un convencido de que es un género menor, y si bien ha comentado que Javier Cercas lo hace de una manera espectacular, para mí, Pierre Lemaitre lo hace magistral.
Alex es la segunda parte de una trilogía de novelas policiacas protagonizadas por Camille Verhoeven, a quien le corresponde encarnar el papel estereotipado del policía destrozado por la vida, que se inmola a través de su labor policíaca, siempre trastocando los límites de lo ético y lo legal.
Pero al menos en Alex, afortunadamente esto no ocurre así, y la bien la retorcida vida del comandante Verhoeven es interesante para la trama, no influye en prácticamente ningún aspecto relevante de la novela. Por el contrario, Camille es un personaje que sin tener la vida hecha un lodazal, es inteligente, persistente y perspicaz, lo cual lo vuelve en un investigador que supera por mucho a los inverosímiles investigadores de Agatha Christie.
La historia comienza con un sanguinario secuestro, concatenado por una dosis de violencia extrema contra (como era de esperarse) una mujer, Lemaitre transmite el odio profundo que el secuestrador infringe en su víctima. Y de manera inicialmente lenta, se comienza a acelerar la trama hasta alcanzar una velocidad que te impide frenar la lectura.
Como era de esperarse los personajes son muy bien trazados, varios pueden ser irrelevantes para la novela, pero su presencia no estorba, y la salpimientan dándole un retrogusto interesante a la lectura.
Pero sin duda lo mejor de toda la novela, es el ingenio de Lemaitre para subirte en una montaña rusa de emociones y un intrincado laberinto argumental, que alejado de la confusión, te guía a través de unos giros de tuerca haciendo que las neuronas parezcan luces del árbol de navidad, tratando de integrar una intrincada trama, en la que a pesar de la violencia e injustica reinante, finaliza con tintes de ingenuidad y utopía, donde lo correcto prevalece.
Para mí es una muy buena lectura, ingeniosa y negra como cochambre, ergo una lectura obligada.