Una hipótesis audaz, pero de momento sin apoyo empírico
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Los autores de este libro nos muestran, de forma sintética, los grandes avances que se han realizado en el conocimiento sobre los procesos fisiológicos y comunicativos que poseen las plantas vasculares. Entre otros procesos, se puede destacar la comunicación hormonal a través del sistema circulatorio de la planta, que tiene entre otras funciones, trasladar información sobre el estado de la planta. Por ejemplo, el ácido abscísico se produce en respuesta situaciones de estrés e induce estados de resistencia en todas las células de la planta; Las giberelinas son su opuesta; las citoquininas controlan múltiples funciones dentro de la planta y responden, también, a situaciones de estrés. La novedad estriba en que algunas de estas señales pueden migrar a otras plantas, por el aire, o por las raíces y las micorrizas simbióticas.
También se ha descubierto todo un sistema comunicativo más rápido que el hormonal: un sistema que utiliza el calcio …
Los autores de este libro nos muestran, de forma sintética, los grandes avances que se han realizado en el conocimiento sobre los procesos fisiológicos y comunicativos que poseen las plantas vasculares. Entre otros procesos, se puede destacar la comunicación hormonal a través del sistema circulatorio de la planta, que tiene entre otras funciones, trasladar información sobre el estado de la planta. Por ejemplo, el ácido abscísico se produce en respuesta situaciones de estrés e induce estados de resistencia en todas las células de la planta; Las giberelinas son su opuesta; las citoquininas controlan múltiples funciones dentro de la planta y responden, también, a situaciones de estrés. La novedad estriba en que algunas de estas señales pueden migrar a otras plantas, por el aire, o por las raíces y las micorrizas simbióticas.
También se ha descubierto todo un sistema comunicativo más rápido que el hormonal: un sistema que utiliza el calcio como mensajero y que es capaz de recorrer la planta en segundo. Un sistema que, a todas luces, parece análogo al sistema nervioso animal.
Ahora bien, los autores desarrollan una polémica tesis sobre la conceptualización del sistema radicular de las plantas, y en concreto de sus ápices radiculares, que les lleva a concluir que el conjunto de todos los ápices, y su capacidad para percibir información del medio y responder ante él les haría análogos a un conmutador. En otras palabras, hacen analogía entre neuronas y ápices radiculares. Teóricamente lo veo plausible, pero no aportan pruebas de que eso esté ocurriendo realmente así que no puedo más que leer este libro como una metáfora sobre el funcionamiento fisiológico de las plantas, más allá de reconocer que están mucho más integradas desde el punto de vista informativo de lo que pensábamos.