Una pionera de la coeducación
"En resumen: los niños y las niñas jugarían juntos sin causarse daño si la distinción de sexos no fuese inculcada mucho antes de que la naturaleza marcase alguna diferencia.
[...] deseo insistir en la necesidad de educar a los sexos juntos, para perfeccionar a ambos,
[...] debe permitirse a las mujeres encontrar su virtud en el conocimiento, lo que apenas es posible a menos que sean educadas mediante las mismas actividades que los hombres."
Mary Wollstonecraft (Vindicación de los derechos de la mujer, 1792).
Allá por el 1790 Mary Wollstonecraft se dirigía a Talleyrand-Périgord para pedirle algo muy simple: que el sistema educativo francés tratase por igual a niños y niñas. Talleyrand, quien había propuesto enseñanza gratuita para niños y niñas, lo hizo con la intención de que las niñas fuesen educadas para la realización de labores domésticas. Finalmente la constitución de 1791 reconoció la ciudadanía de los hombres, no …
"En resumen: los niños y las niñas jugarían juntos sin causarse daño si la distinción de sexos no fuese inculcada mucho antes de que la naturaleza marcase alguna diferencia.
[...] deseo insistir en la necesidad de educar a los sexos juntos, para perfeccionar a ambos,
[...] debe permitirse a las mujeres encontrar su virtud en el conocimiento, lo que apenas es posible a menos que sean educadas mediante las mismas actividades que los hombres."
Mary Wollstonecraft (Vindicación de los derechos de la mujer, 1792).
Allá por el 1790 Mary Wollstonecraft se dirigía a Talleyrand-Périgord para pedirle algo muy simple: que el sistema educativo francés tratase por igual a niños y niñas. Talleyrand, quien había propuesto enseñanza gratuita para niños y niñas, lo hizo con la intención de que las niñas fuesen educadas para la realización de labores domésticas. Finalmente la constitución de 1791 reconoció la ciudadanía de los hombres, no de las mujeres, y las voces discordantes como Olympe de Gouges fueron acalladas en la guillotina.
En "Vindicación de los derechos de la mujer" Mary Wollstonecraft, además de pedir un sistema educativo que trate por igual a niños y niñas, realiza una descripción de la situación de la mujer europea a finales del siglo XVIII. Esta autora es considerada una de las principales figuras de la Primera Ola del feminismo europeo.