Norberto Chavez reseñó The Outsider: A Novel de Stephen King
Review of 'The Outsider: A Novel' on 'Goodreads'
4 estrellas
El autor, independientemente de su currículo como escritor, es transparente en la premisa básica del libro. Tras un inicio in medias res que eleva la tensión al máximo, abre las cartas de lo que será una historia inverosímil. Si bien la inverosimilitud de la historia es patente a lo largo de todos los capítulos, se torna el recurso necesario para cerrar la historia.
Honesta como premisa del thriller, no se puede evitar cierta confusión de la línea argumental. El asesinato de un niño, con una violencia desmedida, abre la puerta a una investigación policiaca que se rige por los principios de la lógica, y bajo esa lógica se lleva al lector por todos los vericuetos de una novela policiaca. Este trayecto, que consume una buena parte de la obra, comienza de manera abrupta a transformarse en una historia de fantasía, que contrasta intensamente. Conforme la fantasía avanza para explicar el …
El autor, independientemente de su currículo como escritor, es transparente en la premisa básica del libro. Tras un inicio in medias res que eleva la tensión al máximo, abre las cartas de lo que será una historia inverosímil. Si bien la inverosimilitud de la historia es patente a lo largo de todos los capítulos, se torna el recurso necesario para cerrar la historia.
Honesta como premisa del thriller, no se puede evitar cierta confusión de la línea argumental. El asesinato de un niño, con una violencia desmedida, abre la puerta a una investigación policiaca que se rige por los principios de la lógica, y bajo esa lógica se lleva al lector por todos los vericuetos de una novela policiaca. Este trayecto, que consume una buena parte de la obra, comienza de manera abrupta a transformarse en una historia de fantasía, que contrasta intensamente. Conforme la fantasía avanza para explicar el conflicto, torna desabrido el cierre, que se arriba altamente previsible, contrastando con el alto nivel de incertidumbre que venía teniendo, haciendo que las últimas páginas vayan perdiendo fuerza y lleguemos al lugar común.
El conflicto de la historia radica en, encontrar una explicación a la situación de tener un asesino claramente identificado por una multiplicidad de evidencias sólidas e inquebrantables, pero con evidencias igual de sólidas sobre su presencia a cientos de kilómetros mientras ocurría el asesinato. Este conflicto primario se acompaña de otros tantos que adornan el cuadro con grandes pinceladas de sangre. Un asesinato al más viejo estilo JFK, la destrucción inclemente de la familia afectada, una tímida discusión ética sobre los errores cometidos en el desarrollo policiaco del caso, y por supuesto la conversión de todos los personajes hacia la creencia de fenómenos muy paranormales. Desafortunadamente el conflicto más importante se queda en el aire. Se puede aceptar que los personajes fantasiosos y paranormales no se tienen que regir por las reglas de este mundo capitalista, pero no se establece una motivación genuina del asesino y se trata de explicar a través de algo aún más fantasioso y paranormal, como lo es una película mexicana de bajo presupuesto con representantes de la lucha libre como heroínas. Innecesariamente surrealista.
Claramente el desarrollo de los personajes es bueno, pero no muy bueno. Los personajes principales, es decir los policías encargados del caso, en términos generales muy congruentes, hasta que el autor los tortura para aceptar las explicaciones más absurdas. Una serie de personajes secundarios que tienen participaciones más cortas, pero muy significativas. Hacen que el interés se mantenga, y una de ellas es necesaria para resolver el conflicto, una investigadora muy poco escéptica. A pesar de que esta nueva investigadora abre la puerta a los sucesos paranormales para explicar el asesinato, es muy empática debido a manías y fobias que permiten establecer un vínculo afectivo con este personaje. Contrario a lo que ocurre con los personajes antagónicos, que sin motivo aparente uno es sometido por el otro, con la finalidad de matar a los heroicos policías, obligándolos a exponerse innecesariamente, y llevar la historia a un western con influencia latina.
Algo que llama mucho la atención es la multipersonalidad del narrador, que cambia su tono conforme a la situación. Pero algo aún más llamativo es un narrador que se impacta por lo sucesos, y afecta su narración. Pareciera una transferencia para forzar al lector a tener emociones específicas ante ciertos sucesos.
La postura del libro ante la corrección política es clarísima y dócil. Nula descripción sobre el color de la piel, del mismo modo sobre el nivel socio-económico, y por supuesto son apartidistas. Tampoco existen posturas sobre la sexualidad de los personajes, solo una referencia a la disfunción eréctil del ente paranormal, situación que es un tanto extraña. Tenemos una mujer que resuelve el conflicto y convierte a los escépticos en creyentes, y las tradiciones de la cultura popular latina como llave que abre la caja de respuestas.
Se transmite claramente que esta historia es una representación de la cultura de los Estados Unidos de Norteamérica, cuerpos de policía estilo CSI, juegos de beisbol, el fanatismo de los noticieros, el Walmart aquí y allá, entre otros.
Conforme se avanza en la obra no se puede dejar de pensar en los Expedientes Secretos X, una vez ya ocurrió que Stephen King escribiera un capítulo de esta serie, puede ser que El Visitante fuese el thriller que no le dejaron contar en esa ocasión.