El narrador y sus circunstancias
4 estrellas
Este libro me resultó sumamente difícil de puntuar porque el texto y lo previsible que resulta la trama "detectivesca" desde el primer capítulo me haría darle solo 2,5 estrellas. PERO, es que no es una investigacion policial ni la confesión de un culpable. Es algo distinto que cuando acabas su lectura te deja pensando. Entonces se desarrolla la historia, analizas la trama, los diálogos, los personajes... ese el momento en el tu cerebro empieza a saltar como palomitas de maíz.
Los 3 únicos supervivientes de una familia que murió por una cena envenenada, siguen en la misma casa del trágico incidente. Comen en el mismo salón, incluso con la misma vajilla. Están semiocultos de las miradas y acoso de los habitantes del pueblo. La idea y el lugar resultan teatrales, la escritura sorprende porque a la vez es inocente, infantil, onírica, siniestra y retorcida. Tenía claro lo que ocurría desde …
Este libro me resultó sumamente difícil de puntuar porque el texto y lo previsible que resulta la trama "detectivesca" desde el primer capítulo me haría darle solo 2,5 estrellas. PERO, es que no es una investigacion policial ni la confesión de un culpable. Es algo distinto que cuando acabas su lectura te deja pensando. Entonces se desarrolla la historia, analizas la trama, los diálogos, los personajes... ese el momento en el tu cerebro empieza a saltar como palomitas de maíz.
Los 3 únicos supervivientes de una familia que murió por una cena envenenada, siguen en la misma casa del trágico incidente. Comen en el mismo salón, incluso con la misma vajilla. Están semiocultos de las miradas y acoso de los habitantes del pueblo. La idea y el lugar resultan teatrales, la escritura sorprende porque a la vez es inocente, infantil, onírica, siniestra y retorcida. Tenía claro lo que ocurría desde el principio, pero es el final lo que me sorprendió. Me hizo recordar "Otra vuelta de tuerca", aquí tampoco podemos fiarnos de lo que nos cuentan. Digamos que el narrador no es un adulto estable tal y como deja claro por la forma en que se autodefine. La falta de empatía, su comportamiento antisocial, esos pensamientos espeluznantes que tiene en varios momentos... dejan patente su inestabilidad. El uso de rituales que le generen una cierta seguridad también refuerzan esa sensación de que vive en otro mundo (en la Luna según sus propias palabras).
También inquieta la importancia de la comida a lo largo de toda la historia. Hay algo extrañamente erótico en su uso y abuso de los alimentos (más aún sabiendo que con ellos fueron envenenados).
En resumen: es un cuento de hadas, perturbador (de perturbados también 😋). Siniestro y claustrofóbico como ese Castillo del título que en esencia es el cuarto protagonista. Y no puedo dejar de oler un delicioso aroma a comida recién preparada e impregnada de un aura incestuosa.