Aniceto, un niño que tiene miedo a casi todo, sufre las burlas de sus compañeros debido a su nombre. Cuando les hace frente comprueba asombrado que es mucho más fácil afrontar los temores que quedarse quieto. A partir de este momento, el niño pierde el miedo a equivocarse y aprende a respetarse y quererse. Luchará contra compañeros burlones, monstruos marinos, brujas de pesadilla, salvajes... Pasa el tiempo y Aniceto ha crecido, física y mentalmente. Se pone a trabajar en una tienda y va asumiendo responsabilidades. Al final el niño se siente vivo y con ganas de tomar parte en la vida. Es feliz.