Este opúsculo se publicó por primera vez en París en junio de 1968, cuando la revuelta iniciada un mes antes empezaba a perder fuerza. Y la tesis planteada por el autor podría parecer disparatada, pero también resulta sorprendentemente lúcida y, sobre todo, muy original. La humanidad había llegado a la Luna y Posadas especulaba. Si de verdad existían seres venidos de otras galaxias —y en la época abundaban los indicios, al menos en el imaginario popular—, seguramente habrían alcanzado un desarrollo científico y tecnológico muy superior al de nuestras sociedades capitalistas. Y según las enseñanzas del materialismo histórico, semejante grado de evolución solo podía haberse dado bajo un sistema comunista. Si los extraterrestres vivían en una sociedad sin clases, había que convertirlos en aliados estratégicos de la lucha obrera revolucionaria en la Tierra.
«No son marcianos ni luces de colores, son posadistas en platos voladores», les cantaban, con sorna, otros …
Este opúsculo se publicó por primera vez en París en junio de 1968, cuando la revuelta iniciada un mes antes empezaba a perder fuerza. Y la tesis planteada por el autor podría parecer disparatada, pero también resulta sorprendentemente lúcida y, sobre todo, muy original. La humanidad había llegado a la Luna y Posadas especulaba. Si de verdad existían seres venidos de otras galaxias —y en la época abundaban los indicios, al menos en el imaginario popular—, seguramente habrían alcanzado un desarrollo científico y tecnológico muy superior al de nuestras sociedades capitalistas. Y según las enseñanzas del materialismo histórico, semejante grado de evolución solo podía haberse dado bajo un sistema comunista. Si los extraterrestres vivían en una sociedad sin clases, había que convertirlos en aliados estratégicos de la lucha obrera revolucionaria en la Tierra.
«No son marcianos ni luces de colores, son posadistas en platos voladores», les cantaban, con sorna, otros grupos de izquierda en las asambleas universitarias. Sin embargo, este texto nunca ha perdido vigencia. Más bien se ha convertido en una pieza de culto para el pensamiento político heterodoxo. Su influencia desborda los márgenes de la política y se convierte en metáfora radical del deseo de transformación. Marc Torrent, desde su taller de Barcelona, recupera la producción gráfica del Atelier Populaire —espacio creativo y militante donde, durante el Mayo Francés, se diseñaron e imprimieron en serigrafía más de 500 carteles— e imagina el trabajo que este colectivo, influido por el situacionismo, podría haber llevado a cabo a partir de la tesis de Posadas. El resultado es una iconografía que subvierte, y que celebra alianzas que nacen cuando la imaginación política se atreve a mirar las estrellas.
Platillos volantes socialistas del espacio exterior
3 estrellas
Bendita marcianada (pun intended). Adaptación a panfleto escrito de una conferencia pronunciada por un dirigente trotskista argentino a finales de los 60 que captura perfectamente el ethos de aquellos días. Una mezcla de activismo revolucionario mezclado con la fascinación por los OVNIs que tanto impregnaba la cultura popular. Y muy ingenuo visto con los ojos de hoy. En este tardocapitalismo en el que nos toca vivir la idea de que si los OVNIs vienen a visitarnos tienen que venir de mundos idílicos que han trascendido la lucha de clases provoca ternurica. Si ahora me tuviera que imaginar cómo serían unos visitantes interplanetarios mi apuesta iría hacia más hacia una desalmada corporación tipo Weyland-Yutani que hacia unos colectivistas igualitarios.