Álvaro G. Molinero reseñó Encara no és tard de Andreu Escrivà (Sense fronteres, 40)
¿Cómo cambiar lo colectivo? Pues, obivamente con individualismo #IroniaON
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La dichosa responsabilidad individual. "Podemos actuar como consumidores que deciden informarse y que toman decisiones de forma racional. Podemos ser una inspiración para el resto de la sociedad. Podemos liderar cambios i exigencias que transforman nuestro entorno. Podemos ir acumulando bajadas [en nuestras] emisiones como quien colecciona piedras de playa, sin hacer ruido, y sin embargo haciendo una cosa duradera y con significado. Podemos hacer mucho dentro de casa, y también fuera".
Quizá esta frase del libro de Andreu Escrivà resuma bastante bien la tesis central que maneja el autor. Uno de los principales argumentos que se utilizan para centrar la acción en lo individual es el pragmatismo: los cambios sociales globales necesitan mucho tiempo mientras que los cambios individuales, según el autor y la bibliografía en la que se apoya, serían más rápidos.
Sin embargo, el salario más frecuente en el Estado español en 2017 fue de 17482€/año brutos, …
La dichosa responsabilidad individual. "Podemos actuar como consumidores que deciden informarse y que toman decisiones de forma racional. Podemos ser una inspiración para el resto de la sociedad. Podemos liderar cambios i exigencias que transforman nuestro entorno. Podemos ir acumulando bajadas [en nuestras] emisiones como quien colecciona piedras de playa, sin hacer ruido, y sin embargo haciendo una cosa duradera y con significado. Podemos hacer mucho dentro de casa, y también fuera".
Quizá esta frase del libro de Andreu Escrivà resuma bastante bien la tesis central que maneja el autor. Uno de los principales argumentos que se utilizan para centrar la acción en lo individual es el pragmatismo: los cambios sociales globales necesitan mucho tiempo mientras que los cambios individuales, según el autor y la bibliografía en la que se apoya, serían más rápidos.
Sin embargo, el salario más frecuente en el Estado español en 2017 fue de 17482€/año brutos, unos 15000€/año netos. ¿Podemos atrevernos a sugerir a la población del Estado que la solución al cambio climático es individual y reside en nuestra capacidad de decisión mediante el consumo?, ¿Qué capacidad de decisión puede tener una persona con un salario tan bajo, que debe dedicar entre 1/3 y 1/2 de su salario a pagar rentas relacionadas con la vivienda, además de energía, comunicaciones, comida, etc.? Podemos ser una inspiración para el resto de la sociedad y, por ejemplo, reclamar a la empresa que nos emplea que respete la normativa medioambiental, que respete la normativa laboral y que garantice condiciones de vida digna a través de salarios dignos al personal que emplea. Podemos hacerlo, pero jamás desde la acción individual, porque acabaremos, en el mejor de los casos, siendo ignorado y, en el peor, despedidos. La única posibilidad que tiene la clase trabajadora de influir en la protección ambiental, no es a través del consumo ni a través de la acción individual en sus puestos de trabajo, sino a través de la acción colectiva sindicada y interconectada con otros colectivos de la sociedad civil.
Podemos ir acumulando bajadas en nuestras emisiones de CO2, sin embargo el 80% del consumo de derivados del petróleo para el transporte es realizado por el transporte de mercancías. El 51% del total de emisiones de CO2 en el planeta es realizado por el 10% más rico del mismo, situándose esta clase dirigente en países occidentales, China, Brasil e India, pero siendo a su vez una pequeña parte de estos países. Atreverse a sugerir que es toda la población tendrá que enfrentar por igual a una reducción de su nivel de vida es, cuanto menos, discutible y, probablemente, reaccionario. El problema no puede aguantar más población... más población rica. Dos tips. Uno malo. La movilización, según Escrivà, equivale al número de impresiones que tiene un determinado objeto en la red. ¿La obligada reducción de consumo a todos los niveles se conseguirá mediante interpelaciones a través de la red? Sinceramente, es tremendamente impresionante ver cómo un correcto análisis que es realizado en la primera parte del libro, de la situación en cuanto a las emisiones de CO2 y los recursos planetarios (algo optimista, eso si), puede conducir a una propuesta de acción tan inútil y poco pragmática. Por el contrario, si ponemos por delante la justicia social y las necesidades del planeta, y lo enfocamos desde el punto devista colectivo y no individual, es obvio que la única salida posible a las disrupciones que produce el actual modo de producción pasan por una revolución en esta forma de producir, en la forma de consumir, en la distribución de la riqueza global y, por tanto, en la distribución del poder. Toda propuesta que no ataque estos ejes estará abocada al fracaso y, por tanto, nos aboca a un inevitable colapso civilizatorio donde las élites políticas y económicas tienen las de ganar.
Y uno bueno. En análisis sobre los negacionistas del cambio climático, que no se si es original (al menos no cita ningún autor) pero es realmente sagaz y útil. Clasificar e identificar los diferentes tipos de negacionismo ante los cambios que se producen en los paradigmas científicos, en particular, y los cambios en la sociedad, en general, nos puede ayudar a elaborar, también, estrategias diferentes para evitar la expansión de su discurso, en muchas ocasiones, reaccionario.