Libro de referencia para historiadores de esta temática
4 estrellas
En los textos de La Guerra Civil en Francia (1871) de Karl Marx (que eran un conjunto de textos para el Consejo General de la AIT) hay mucha más horizontalidad y democracia que en toda la bibliografía de Vladimir Lenin. Y Lenin tampoco fue nunca ningún bakuninista. Algo así, más o menos, podría ser la síntesis de la tesis defendida en este libro.
Aparecido inicialmente en Die Internationale (revista que se convierte en el órgano de expresión de la Asociación Internacional de Trabajadores bajo la dirección de Augustin Souchy) en 1929, es un texto que sorprende por su detallada historiografía y sólida argumentación. No tiene demasiado que envidiar a cualquier texto académico del siglo XXI. Lehning, como sintetiza en el prólogo de la edición francesa de 1970 (convertido ya en un libro de divulgación libertaria), se propone 6 demostraciones básicas con este artículo: I) demostrar que la interpretación leninista del …
En los textos de La Guerra Civil en Francia (1871) de Karl Marx (que eran un conjunto de textos para el Consejo General de la AIT) hay mucha más horizontalidad y democracia que en toda la bibliografía de Vladimir Lenin. Y Lenin tampoco fue nunca ningún bakuninista. Algo así, más o menos, podría ser la síntesis de la tesis defendida en este libro.
Aparecido inicialmente en Die Internationale (revista que se convierte en el órgano de expresión de la Asociación Internacional de Trabajadores bajo la dirección de Augustin Souchy) en 1929, es un texto que sorprende por su detallada historiografía y sólida argumentación. No tiene demasiado que envidiar a cualquier texto académico del siglo XXI. Lehning, como sintetiza en el prólogo de la edición francesa de 1970 (convertido ya en un libro de divulgación libertaria), se propone 6 demostraciones básicas con este artículo: I) demostrar que la interpretación leninista del Estado (que detalla en El Estado y la Revolución, de 1917) no es, ni mucho menos, compatible con el Marx de La Guerra Civil en Francia; II) demostrar que la revolución rusa, durante 1917, era mayoritariamente campesina y no se desarrollaba bajo los postulados marxistas típicos; III) Demostrar que la revolución y la toma del poder por los bolcheviques en Petrogrado y la creación del Consejo de los Comisarios del Pueblo (se sustituía a la federación de Soviets), son dos procesos distintos; IV) El POSR, posteriormente Partido Comunista de Rusia, nunca fue favorable a la democracia horizontal de los soviets: los instrumentalizaron para al toma del poder; V) la dictadura del proletariado es uno de los factores esenciales de degeneración de la revolución rusa claramente ya visible en 1921; y VI) la destrucción y vaciado de los soviets no fue causado únicamente por la guerra, sino que estaba en la base misma de la interpretación leninista del Estado.
Desde mi punto de vista las demostraciones están suficientemente bien documentadas y esta obra es de referencia para todos aquellos que quieran saber sobre la noción de Estado en el marxismo y de cómo concebía Karl Marx la utopía socialista, cómo la concibe el anarquismo y cómo la sustanció el leninismo.