Heterodoxia por un tubo
3 estrellas
Para la lectura provechosa de este libro, y no caer en prejuicios y apriorismos que ya nos hayamos formado sobre el autor, debemos de partir de dos ideas: I) Máximo Sandín es teleológico, es decir, piensa que la vida tiene un fin, aunque no precisa cual y II) tiene una concepción de la naturaleza ciertamente jerárquica (para él el ser humano está por encima del resto de la naturaleza, cuestión que le viene, supongo, por deformación profesional: el es antropólogo). Teniendo esto en cuenta y, habiendo decidido si las descartamos o las aceptamos, podemos alcanzar a comprender ya libres de toda culpa, realmente el verdadero valor de este opúsculo científico: la hipótesis de que los virus pueden ser una fuente de variación disponible, insertable y/o desinsertable dentro del material genético y que por tanto, al igual que la ya acreditada simbiosis y otras formas de divergencia evolutiva, podrían ser fuentes …
Para la lectura provechosa de este libro, y no caer en prejuicios y apriorismos que ya nos hayamos formado sobre el autor, debemos de partir de dos ideas: I) Máximo Sandín es teleológico, es decir, piensa que la vida tiene un fin, aunque no precisa cual y II) tiene una concepción de la naturaleza ciertamente jerárquica (para él el ser humano está por encima del resto de la naturaleza, cuestión que le viene, supongo, por deformación profesional: el es antropólogo). Teniendo esto en cuenta y, habiendo decidido si las descartamos o las aceptamos, podemos alcanzar a comprender ya libres de toda culpa, realmente el verdadero valor de este opúsculo científico: la hipótesis de que los virus pueden ser una fuente de variación disponible, insertable y/o desinsertable dentro del material genético y que por tanto, al igual que la ya acreditada simbiosis y otras formas de divergencia evolutiva, podrían ser fuentes de variabilidad a partir de las cuales la selección natural pudiera actuar y que dejan a la mutación ya en un segundo o tercer plano en la producción de esa materia prima de la selección natural. La hipótesis es muy seductora y aquel que se la encuentre por primera vez sufrirá, seguramente, un rechazo visceral o un enamoramiento repentino pero, ha de saber, que las cosas no son tan fáciles como se presentan.
Partamos de los hechos: los elementos transponibles, los transposones y otras secuencias saltatorias dentro del DNA de los organismos y entre organismos existen y son realmente importantes cuantitativamente dentro del propio genoma. La hipótesis más parsimoniosa sobre su origen es, precisamente, el origen vírico. Algunas de estas secuencias están implicadas en el control de la expresión de genes (como la TATA bindign protein o TBP), en el sistema inmunitario de vertebrados, en la causa de algunos cánceres, en la expresión de proteínas neuronales, en la formación del ojo e, incluso, son parte de algunos de los genes homeostáticos más importantes. Si los virus pueden estar en el origen de estas secuencias y estas secuencias son importantes en la fisiología y embriología de los organismos ¿Pueden estar los virus detrás de grandes procesos evolutivos? Aquí es donde se hecha en falta una explicación más completa por parte del autor. Desde mi punto de vista debería de haber explicado en profundidad, caso por caso, ejemplo empírico tras ejemplo empírico. El libro, pese a estar organizado por bloques, contiene muy poca información.
Una lectura rápida y recomendable para airear las neuronas.