Boylucas reseñó Papillon de Henri Charrière
La historia de una fuga (polémica incluída)
4 estrellas
Me enteré de la existencia de Papillon, de Henri Charrière, por pura casualidad. Cuando leí de lo que se trataba decidí colocarlo en la lista de libros por leer y no sé en qué azares del destino brincó a muchos de la lista.
Henri Charrière no era ninguna blanca paloma, él mismo lo menciona al final de su libro. Pero eso no exime que, a decir del autor, fuese culpado de un asesinato que no cometió. Tras ello fue condenado a cadena perpetua de trabajaos forzados en a la colonia penal de Saint Laurent du Maroni, ubicada en Cayena, en la Guayana Francesa.
Nunca hubiese Podido suponer ni imaginar que un país como el mío, Francia, madre de la libertad en el mundo entero, tierra que dio a luz los Derechos del hombre y del ciudadano, pueda tener, incluso en la Guayana francesa, en una isla perdida del …
Me enteré de la existencia de Papillon, de Henri Charrière, por pura casualidad. Cuando leí de lo que se trataba decidí colocarlo en la lista de libros por leer y no sé en qué azares del destino brincó a muchos de la lista.
Henri Charrière no era ninguna blanca paloma, él mismo lo menciona al final de su libro. Pero eso no exime que, a decir del autor, fuese culpado de un asesinato que no cometió. Tras ello fue condenado a cadena perpetua de trabajaos forzados en a la colonia penal de Saint Laurent du Maroni, ubicada en Cayena, en la Guayana Francesa.
Nunca hubiese Podido suponer ni imaginar que un país como el mío, Francia, madre de la libertad en el mundo entero, tierra que dio a luz los Derechos del hombre y del ciudadano, pueda tener, incluso en la Guayana francesa, en una isla perdida del Atlántico, del tamaño de un pañuelo, una instalación tan bárbaramente represiva como la Reclusión de San José.
Henri Charrière, Papillon
Desde un principio, Papillon (mote recibido por un tatuaje de una mariposa en el pecho), o Papi como lo conocían sus compañeros de prisión, planeo fugarse.
Un libro polémico
Este libro es la historia contada por él mismo de todos sus intentos de fuga. En algunas ocasiones llegó a fugarse, pero su propia ambición lo llevó a ser recapturado. Como castigo fue enviado a las Islas de la Salvación. Siendo la Isla del Diablo su última morada, de la que nadie había logrado escapar hasta que llegó él.
Es cierto que todos son ladrones incorregibles y se comprende que la sociedad deba defenderse de ellos. Sin embargo, es vergonzoso para un pueblo civilizado tener la pena accesoria de relegación. Hay ladronzuelos, bastante torpes, puesto que se hacen prender a menudo, que son relegados —lo cual equivalía, en mis tiempos, a ser condenado a perpetuidad— y que en toda su vida de ladrones no han robado diez mil francos. Ahí está el mayor contrasentido de la civilización francesa. Un pueblo no tiene derecho a vengarse ni a eliminar de una forma demasiado rápida a las personas que causan molestias a la sociedad. Estas personas son más merecedoras de cuidados que de un castigo inhumano.
Henri Charrière, Papillon
Leí por ahí que poco antes de su publicación había salido otro libro sobre un caso similar, estimulándolo a él a sentarse y escribir en una serie de cuadernos su historia de un tirón. Lamentablemente no encuentro esa fuente.
Buscando un poco de información encontré versiones que dicen que Charrière utilizó algunas aventuras de otros presidiarios para escribir su autobiografía, y que no todo lo vivió el directamente. Lo que es un hecho es que se fugó de las Islas de la Salvación. Pero hay otra aun más grave, se dice que que él no escribió el libro, sino que lo hizo un judío llamado Jerome Deschane.
Para reflexionar
A través de estas páginas uno puede darse cuenta de las premuras que vivían los presidiarios en aquel entonces. Pero, aun más triste, es que sabemos que en muchas ocasiones siguen ocurriendo: Condenas injustificadas; violencia; hambre; torturas, etc.
Definitivamente nos deja mucho en qué pensar. Sí, coincido en que debe haber un castigo para quienes infringen la ley. Pero, primero que nada debe haber un sistema de justicia eficaz, que castigue a quien debe castigar, pero no condene a inocentes. Luego me queda una duda mayor: ¿El sistema penitenciario cumple con la función de reincorporar o reinsertar a quienes cometieron un delito en la sociedad?
Sí, tengo que hacer los primeros intentos de ganarme la vida y, según veo por los demás, no va a ser fácil. No soy demasiado cuidadoso. De 1930 a 1942, he perdido por completo la responsabilidad y el saber hacer para conducirme como es debido. Un ser que ha estado preso tanto tiempo sin tener que ocuparse de comer, de un piso, de vestirse; un hombre a quien han manejado, traído y llevado, a quien han acostumbrado a no hacer nada por sí mismo y a ejecutar automáticamente las órdenes más diversas sin analizarlas; ese hombre que, en unas semanas, se encuentra de golpe en una gran ciudad, que tiene que volver a aprender a andar por las aceras sin tropezar con nadie, a atravesar una calle sin que lo atropellen, a encontrar natural que, si lo manda, le sirvan de beber o de comer; ese hombre debe volver a aprender a vivir.
Henri Charrière, Papillon
Para terminar
Es un libro que puede gustarle a quienes les agraden las novelas de aventuras, la novela histórica y la autobiografía. Llama la atención lo bien escrito que está.
Sea Juana, o sea Chana en cuanto a las dudas de la autoría, lean el libro. Porque de la polémica no podremos estar nunca seguros pero la historia vale la pena. Por cierto, descubrí que hay dos películas basadas en él, la primera con Steve McQueen y Dustin Hoffman.