Tapa blanda, 143 páginas
Idioma Spanish
Publicado el 1 de Enero de 1978
Tapa blanda, 143 páginas
Idioma Spanish
Publicado el 1 de Enero de 1978
En Historia del ojo se aborda mediante una prosa en clave surrealista la esencia obsesiva del sexo, la muerte y la fe que configura, en realidad, gran parte de la obra de Bataille. Partiendo de un proceso creativo muy querido de los surrealistas, relaciona, en una trama anecdótica, las imágenes que de un modo inconsciente y automático evocan el ojo, el huevo, el sol, los genitales del toro, con toda su carga de connotaciones atávicas, y nos las «revela» en su contenido erótico más revulsivo. El personaje de la joven Simone, que transgrede en todos sus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, moral y conscientemente, es la encarnación, por una parte, del Deseo inconsciente y, por otra, del Pecado, de lo Prohibido y por ende del Placer, que a su vez, por ser fruto del mal, no es más que portador del máximo castigo : la muerte. Así pues, …
En Historia del ojo se aborda mediante una prosa en clave surrealista la esencia obsesiva del sexo, la muerte y la fe que configura, en realidad, gran parte de la obra de Bataille. Partiendo de un proceso creativo muy querido de los surrealistas, relaciona, en una trama anecdótica, las imágenes que de un modo inconsciente y automático evocan el ojo, el huevo, el sol, los genitales del toro, con toda su carga de connotaciones atávicas, y nos las «revela» en su contenido erótico más revulsivo. El personaje de la joven Simone, que transgrede en todos sus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, moral y conscientemente, es la encarnación, por una parte, del Deseo inconsciente y, por otra, del Pecado, de lo Prohibido y por ende del Placer, que a su vez, por ser fruto del mal, no es más que portador del máximo castigo : la muerte. Así pues, el goce en su plenitud sabe siempre a muerte.
Es una satisfacción para nosotros acompañar la edición española de esta pequeña gran obra de Bataille con un extenso y revelador ensayo de Mario Vargas Llosa, titulado El placer glacial, y de las espléndidas y revulsivas ilustraciones que Hans Bellmer, uno de las más destacados artistas plásticos del movimiento surrealista, realizó en 1944 para un lujosa edición reducida de Historia del ojo.