La calle de las mentiras

Todos los vecinos de la calle Adler ocultan en sus casas un secreto inconfesable que les puede llevar a una muerte segura. Y todos y cada uno de ellos odian a los nazis, pero viven en una Alemania donde el auge del nacionalsocialismo es imparable. Para no ser descubiertos, tratan de hacer ver a los demás que son fervientes seguidores de la causa, promoviendo actos en favor del Tercer Reich como quemas de libros y discursos públicos, provocando de forma inconsciente una hilarante competición entre ellos por demostrar quién es más nacionalsocialista. Poco a poco, los misterios y engaños se van acumulando en una espiral de mentiras imposible de esconder a las autoridades. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar para no ser desenmascarados? ¿Cuántos interrogantes podrán amontonarse antes de que todo se descubra? La calle de las mentiras es una obra que mezcla humor con rigor histórico, creando situaciones hilarantes y disparatadas gracias a personajes que, debido a la Segunda Guerra Mundial, se verán obligados a hacer lo impensable con tal de proteger a los suyos. Es una historia original y divertida que huye situaciones típicas y que a la vez es respetuosa con el conflicto, y aporta un mensaje de valentía arropada de ingenio. El autor, Miguel de Lys, combina chispa con emoción y misterio, bebiendo de conversaciones dignas de Terry Pratchet, pasajes que bien podrían haber salido de guion de Tarantino, emoción histórica al estilo La Sombra del Águila de Arturo Pérez-Reverte o lo entrañable de Gerald Durrel en Mi familia y otros animales. El lector puede pensar en Malditos Bastardos mientras lo lee, o en largometrajes de maestros como Woody Allen, pero también en Shopie Scholl o El pianista. Se puede identificar la predilección del autor por Tolkien a la hora de presentar a los personajes y a la ciudad, y el interés viajero que le ha llevado a inspirarse en los Alpes Bávaros. Y es que La Calle de las mentiras es un compendio de muchas influencias, donde se consigue “aprovinciar” y “apueblar” al lector, introduciéndolo en un mundo pequeño donde se dan las grandes historias de la humanidad. Sin duda, es una pintoresca novela que escarba, como esos vecinos en sus casas tratando de ocultar secretos, en un asunto muy tratado como el de los nazis y la Segunda Guerra Mundial, pero visto con una óptica nueva, depurada de ideología y de postulados, sin pretender otra cosa que narrar una historia y pasar un rato agradable leyendo una ficción, que es una mentira, pero bien contada, y que puede archivarse en las baldas de la memoria del lector como una como una verdad auténtica. "Combinar humor y suspense en el marco de la Segunda Guerra Mundial tal y como hace esta obra no es tarea fácil. En 'La calle de las mentiras' el lector encontrará personajes memorables, escenas inverosímiles, una dósis de historia y cierta sensación de estar leyendo novelas clásicas de aventuras, capaces de sacar una sonrisa cada pocas páginas." Manuel Palacios, autor de El Secreto de los malditos. En la corrección de la novela ha trabajado Izaskun Gracia, del equipo de Autorquía.