Álvaro G. Molinero reseñó Un erizo en la tormenta de Stephen Jay Gould (Drakontos)
La resención como arma ideológica
5 estrellas
Uno de los libros menos conocidos y, a primera vista, menos interesantes del autor pero, una vez se empieza, vemos que la crítica de libros es, con Gould de la mano, un arma poderosísima contra la sociobiología y el determinismo más recalcitrantes. Si, este libro es un compendio de recensiones sobre libros. El recopilatorio de ensayos tiene verdaderas joyas: “Darwinismo de cartón piedra” es una mordaz y audaz crítica a la sociobiología y contra la ciencia aséptica y pretendidamente (aunque de forma falaz) objetiva. Gould dice:
“creo que hay que rechazar la ecuación del no partidismo anodino con objetividad, una absurda noción que han fomentado las peores tradiciones de telediarios. Podremos examinar más de cerca una crítica si conocemos a su autor; pero lo que hay que juzgar al final no es su autobiografía, sino sus argumentos”.
También da una posible explicación al antropocentrísmo de la sociobiología popular …
Uno de los libros menos conocidos y, a primera vista, menos interesantes del autor pero, una vez se empieza, vemos que la crítica de libros es, con Gould de la mano, un arma poderosísima contra la sociobiología y el determinismo más recalcitrantes. Si, este libro es un compendio de recensiones sobre libros. El recopilatorio de ensayos tiene verdaderas joyas: “Darwinismo de cartón piedra” es una mordaz y audaz crítica a la sociobiología y contra la ciencia aséptica y pretendidamente (aunque de forma falaz) objetiva. Gould dice:
“creo que hay que rechazar la ecuación del no partidismo anodino con objetividad, una absurda noción que han fomentado las peores tradiciones de telediarios. Podremos examinar más de cerca una crítica si conocemos a su autor; pero lo que hay que juzgar al final no es su autobiografía, sino sus argumentos”.
También da una posible explicación al antropocentrísmo de la sociobiología popular y recalca la importancia de los No-Resultados (negative resoults). En el “Fantasma de protagoras”, Gould estudia, de la mano de un biólogo y un antropólogo, la evolución de la cultura humana, y enfrenta dos visiones antagónicas: una visión darwinista ortodoxa y una que sitúa a la cultura en el contexto de la evolución a distintos niveles o multinivel. En otros ensayos habla de libros históricos como El tiempo profundo de Hutton, habla de la obra de George Cuvier y, en “Genes en el cerebro”, Gould vuelve a la carga y desafía el intento (fallido) de la sociobiología de explicar la cultura en términos etológicos de unidades comportamentales delimitadas y heredables ¿Alguien puede definir exáctamente la ideología o la religión de forma que la podamos seguir en los individuos, y su descendencia, y así falsar esta hipótesis? Nadie en su sano juicio lo haría, pero los sociobiólogos son demasiado tenaces (y osados). En “El último postulado”, donde habla de la obra del psicólogo Jenssen, constituye el embrión de una de las mejores obras de Stephen Jay Gould: La falsa medida del hombre, y donde critica la cosificación de la inteligencia en un número (el Coeficiente Intelectual).
Gould también nos habla dela más que interesante vida de Barbara McClintock y la importnacia de su invstigación en la actual concepción de la evolución y, por extensión, en la biología; del desconocido Ernest Everett Just y del ecólogo G. Evelyn Hutchinson. Además, hará en “Los peligros de la esperanza” una defensa valiente de la filosofía hegeliana en la ciencia: los puntos críticos de los sistemas no son explicables desde un punto de vista reduccionista y gradualista y, en “Utopía S.L.” hará una reflexión filosófica sobre el cartesianismo en la ciencia occidental. Y toca temas polémicos, como los organismos modificados genéticamente, en “La integridad y el señor Rifkin”.