Una sinápsis fúngica
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Podéis leer cómodamente esta RESEÑA aquí laquimeradegupta.tumblr.com/post/743396117232910336/una-sinapsis-f%C3%BAngica
Este no es un libro más sobre biología de los hongos. Bueno, sí que es un libro sobre biología de hongos, pero el autor ha sabido llevar a su máxima expresión la metodología propia del ensayo para producir 8 textos que, en realidad, versan sobre muchos temas y estudian la biología desde múltiples ángulos. La fermentación y descomposición de materia orgánica por parte de los hongos; la relación que tienen estos con las plantas a través de la simbiosis micorrítica; el papel de la psilocibina en la historia humana, como agente antropológico y como potencial sanador de enfermedades mentales; o el papel evolutivo de los hongos. Todo ello visto desde la perspectiva de la teoría de sistemas y de la complejidad: “cuando tratamos de elegir algo por sí mismo, lo encontramos ligado a todo lo demás en el universo”.
Los hongos son seres …
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Este no es un libro más sobre biología de los hongos. Bueno, sí que es un libro sobre biología de hongos, pero el autor ha sabido llevar a su máxima expresión la metodología propia del ensayo para producir 8 textos que, en realidad, versan sobre muchos temas y estudian la biología desde múltiples ángulos. La fermentación y descomposición de materia orgánica por parte de los hongos; la relación que tienen estos con las plantas a través de la simbiosis micorrítica; el papel de la psilocibina en la historia humana, como agente antropológico y como potencial sanador de enfermedades mentales; o el papel evolutivo de los hongos. Todo ello visto desde la perspectiva de la teoría de sistemas y de la complejidad: “cuando tratamos de elegir algo por sí mismo, lo encontramos ligado a todo lo demás en el universo”.
Los hongos son seres vivos que habitan la biosfera de forma extensiva: los podemos encontrar en superficies, dentro y fuera del suelo, viviendo simbióticamente con organismos, parasitándolos, viviendo en el agua, en el aire, dentro de las rocas o en las profundidades del océano. En la mayor parte de estos hábitats, los hongos son organismos estructurales. En no pocos casos, la fusión simbiótica con otros organismos ha producido grandes cambios ecosistémicos. Dos ejemplos: la unión simbiótica entre los ancestros de las plantas vasculares (probablemente algún tipo de alga verde) y de algunos tipos de hongos (los llamados micorríticos) permitió a estos ancestros de las plantas vasculares colonizar la tierra y abrirse paso a nuevos nichos ecológicos. Por su parte, la unión simbiótica estrecha entre cianobacterias y/o algas verdes y muchos tipos de hongos han llegado a producir superorganismos que forman tejidos (talos), que presentan un plan de desarrollo estereotipado (como cualquier otro organismo) y que clasificamos como si de “especies simples” se trataran: los líquenes. Actualmente sabemos que esta simbiosis está formada por más de 3 simbiontes, dos de ellos hongos (y un organismo fotosintético). Los son hongos son organismos que desafían nuestra concepción intuitiva de ser vivo: su organización corporal no suele ser más complicada que un filamento de células que se extiende y ramifica ocupando grandes extensiones de suelo (o del hábitat sobre el que se esté desarrollando) y pocas veces suele ser visible a simple vista. Estos filamentos (hifas) también se entrelazan, fusionan, mezclan y organizan con otras hifas de la misma especie para crecer (formando el tejido típico de los hongos: el micelio) o para reproducirse (con hifas compatibles o, como diríamos para vertebrados, del sexo adecuado) y formar la parte visible y reconocible de los hongos: las setas (o cuerpos fructífieros). Es el único momento donde los hongos constituyen más de un tipo diferente de tejido (sostén, reproductor, protección, etc.).
El micelio, dice Sheldrake, es el tejido que mantiene unido al mundo. Incluso, la enorme cantidad de esporas liberadas por los cientos de miles de especies de hongos que existen en el planeta, es capaz de alterar el clima: las esporas actúan como núcleos de condensación de gotas de lluvia. Como en las plantas, en los micelios se han detectado ondas eléctricas y gradientes químicos que utilizan los hongos para expandir información a lo largo de su cuerpo y extendiendo esta información a otras especies de hongos y, potencialmente, de plantas que viven en simbiosis. La red que forman en el suelo, de hecho, puede almacenar información de tipo geográfico y de la concentración de diferentes substancias. Algunos autores llaman a esto “memoria” y es difícil no hacerlo de otra manera. Si un extremo micelar en crecimiento recibe información sobre la presencia de una toxina en otro extremo del micelio y resulta que está creciendo en esa dirección, éste deja de crecer hacia allí; en la exploración de un terreno nuevo con la presencia de una sustancia alimenticia, el micelio crece explorando y recordando aquellos lugares con menor concentración de la sustancia, creciendo de forma eficiente hacia la comida.
Estas propiedades “inteligentes” del micelio, ¿son debidas a un tipo especial de “inteligencia de enjambre” (similar a las estrategias que manifiestan las abejas o las hormigas) o es una propiedad diferente, que emerge de una red físicamente unida como es el caso de un micelio fúngico? Para ahondar en la cuestión, Sheldrake estudia los hongos micorríticos. En esta simbiosis, las plantas reciben del hongo fósforo, nitrógeno y otros nutrientes minerales (pero no solo,. También ácidos grasos por ejemplo), y los hongos reciben sobre todo azúcares. Además, la relación es mucho más compleja porque hay paso de información en ambas direcciones. Recordemos que, a su vez, estos hongos micorríticos están conectados a otros hongos micorríticos en simbiosis con otras plantas y a otros hongos que viven en el suelo. Algunos autores han llamado a toda esta red potencial de información y nutrición la Wood Wide Web en analogía al protocolo de la World Wide Web.
Si tuviera que recomendar un libro para abrir tu mente y empezar a dar pasos para comprender la complejidad de la vida, éste sería uno de ellos. Sheldrake hereda en buena medida la visión holística de Alexander Von Humbolt y busca comprender la complejidad de los seres vivos desde los cimientos: desde los hongos. Parece que Latinoamérica tiene esa capacidad de inspirar a partes iguales visiones revolucionarias de la vida y de la política (el autor realizó sus estudios fúngicos en los bosques tropicales de Panamá). Lean a Melvin Sheldrake.